lunes, 23 de agosto de 2010

Arróniz.


Escena cuyos protagonistas son una pareja de aldeanos en un estilo cubista bastante personal. se trata de plasmar un estilo de vida que, aun siendo estereotipado, no deja de ser veraz. El hombre, trabajado y curtido porta la navaja, herramienta y arma ocasional y el queso, símbolo de sustento. La mujer tocada de sombrero de paja comparte las tareas del campo y sostiene un escapulario con sus manos mientras mira fervorosamente el firmamento, es el baluarte de la religiosidad familiar. El sol doble simboliza el aplastante calor estival y los campos de tonos cálidos reflejan la soledad y la dureza de las tareas agrarias. El cuervo simboliza la veleidad de las condiciones climatológicas y la crueldad que muestran en ocasiones. Está realizado en óleo sobre lienzo de bastidor ancho en 80x60 cm.

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